lunes, 25 de diciembre de 2006

Solidaridad con la Iglesia del Surandino

Lima, 22 de diciembre del 2006

Con una misa terminó la jornada de oración en solidaridad con la Iglesia del Surandino, a la que había convocado la Conferencia de Religiosas y Religiosos del Perú.

Alrededor de 200 religiosas y religiosos acudieron a la Parroquia de la Recoleta en Lima, para compartir y celebrar sus experiencias de un trabajo pastoral conjunto en las prelaturas de Ayaviri, Sicuani y Juli. Durante casi cuatro décadas los obispos de estas tres prelaturas habían venido alentando una pastoral conjunta y formando instituciones conjuntas, como el Instituto de Pastoral Andina. El diálogo con las culturas quechua y aymara, así como el diálogo con la realidad social y política, y la defensa de los Derechos Humanos han sido pilares del trabajo pastoral del Surandino. En su Informe Final, la Comisión de la Verdad y Reconciliación reconoció esta labor y le atribuyó el mérito de haber impedido un mayor avance del grupo terrorista “Sendero Luminoso” en la región de Puno y Cusco.

Debido a la nueva coyuntura eclesial en Ayaviri y Juli – en el 2006 fueron nombrados dos nuevos obispos, pertenecientes o cercanos a los movimientos religiosos “Sodalitium Vital Cristianae y Opus Dei – esta línea pastoral se ve despojada del apoyo desde su jerarquía eclesiástica y amenazada en su continuación. Un primer cambio concierne a las mujeres – religiosas tanto como laicas: ya no son admitidas como alumnas o profesoras en el Seminario de Chucuito. “Estoy frustrada y me siento impotente que ya no puedo estudiar teología”, cuenta en su testimonio la novicia Zenobia Quispe, oriunda de Puno.

La Conferencia de Religiosas y Religiosos del Perú está dispuesta a defender sus postulados teológicos y pastorales. “Las religiosas y religiosos ya somos adultos. Tanto que hablamos de ciudadanía, como que nos vamos a callar ante esta coyuntura eclesial”, refuerza la Hna. Lucrecia Aliaga, presidenta de la CONFER. (hw)

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