lunes, 25 de diciembre de 2006

Solidaridad con la Iglesia del Surandino

Lima, 22 de diciembre del 2006

Con una misa terminó la jornada de oración en solidaridad con la Iglesia del Surandino, a la que había convocado la Conferencia de Religiosas y Religiosos del Perú.

Alrededor de 200 religiosas y religiosos acudieron a la Parroquia de la Recoleta en Lima, para compartir y celebrar sus experiencias de un trabajo pastoral conjunto en las prelaturas de Ayaviri, Sicuani y Juli. Durante casi cuatro décadas los obispos de estas tres prelaturas habían venido alentando una pastoral conjunta y formando instituciones conjuntas, como el Instituto de Pastoral Andina. El diálogo con las culturas quechua y aymara, así como el diálogo con la realidad social y política, y la defensa de los Derechos Humanos han sido pilares del trabajo pastoral del Surandino. En su Informe Final, la Comisión de la Verdad y Reconciliación reconoció esta labor y le atribuyó el mérito de haber impedido un mayor avance del grupo terrorista “Sendero Luminoso” en la región de Puno y Cusco.

Debido a la nueva coyuntura eclesial en Ayaviri y Juli – en el 2006 fueron nombrados dos nuevos obispos, pertenecientes o cercanos a los movimientos religiosos “Sodalitium Vital Cristianae y Opus Dei – esta línea pastoral se ve despojada del apoyo desde su jerarquía eclesiástica y amenazada en su continuación. Un primer cambio concierne a las mujeres – religiosas tanto como laicas: ya no son admitidas como alumnas o profesoras en el Seminario de Chucuito. “Estoy frustrada y me siento impotente que ya no puedo estudiar teología”, cuenta en su testimonio la novicia Zenobia Quispe, oriunda de Puno.

La Conferencia de Religiosas y Religiosos del Perú está dispuesta a defender sus postulados teológicos y pastorales. “Las religiosas y religiosos ya somos adultos. Tanto que hablamos de ciudadanía, como que nos vamos a callar ante esta coyuntura eclesial”, refuerza la Hna. Lucrecia Aliaga, presidenta de la CONFER. (hw)

martes, 19 de diciembre de 2006

La nueva extirpación de idolatrías

Alberto Adrianzén M. (*)

Hace algunos años un grupo de intelectuales, entre los cuales destacaba
Umberto Eco, señaló que la humanidad marchaba hacia una “Nueva Edad
Media”. Ha pasado el tiempo y lo que parecía una afirmación exótica en su
momento, ha cobrado sentido e importancia cuando se observa lo que sucede
en el mundo y en el Perú. Nos estamos refiriendo no solo a la expansión
del fundamentalismo e integrismo islámicos sino también a lo que viene
sucediendo en sociedades desarrolladas. En EEUU se levantan monumentos a
los Diez Mandamientos, se busca reemplazar la teoría evolucionista de
Darwin por la creacionista bíblica como parte de la enseñanza escolar, se
combate el homosexualismo y el aborto, se prohíbe la lectura de
determinados libros en las bibliotecas públicas, entre otros puntos.

Nuestro país no es ajeno a ello. Se nos propone que "paremos de sufrir",
las pantallas de nuestros televisores están copadas por mensajes que nos
anuncian que "Cristo vuelve y santifica otra vez" y que el diablo existe.
Se experimenta un "revival" del integrismo y fundamentalismo cristiano.
Ahora bien, todo indica que ese "revival" ha logrado penetrar e instalarse
con fuerza en la iglesia católica.

Eso al menos es lo que parece suceder en Puno, territorio en el cual la
Iglesia católica desarrolló hasta hace muy poco una evangelizació n de cara
al pueblo. Según información que circula en Internet, hoy se vive un
peligroso proceso autoritario de regresión religiosa y política que
amenaza con hacer más explosiva una zona ya de por sí difícil. Este
proceso está asociado con el arribo de nuevos obispos, todos ellos
conservadores, a esa región, y que representan, en la práctica, la puesta
en marcha de una nueva Santa Inquisición en pleno siglo XXI.

Estos obispos ya no hablan de los pobres o de un "pueblo pobre y creyente"
sino más bien de un pueblo pagano e idólatra que requiere de una nueva
evangelizació n. Por ejemplo, el nuevo obispo de la Prelatura de Juli, José
María Ortega Trinidad, durante su homilía en una misa de difuntos por el
padre Domingo Llanque, sacerdote y teólogo aimara que ejerció durante
muchos años su ministerio en esa localidad, habría dicho que los aimaras
no son católicos sino paganos, y por tanto pecadores; y que el P. Llanque
por ser aimara, no se sabe si se encuentra en el purgatorio o en el
infierno.

De otro lado, en una carta pública un sacerdote del surandino se lamenta
de una serie de hechos protagonizados por el nuevo obispo de la Prelatura
de Ayaviri, Mons. Kay Martin Schmalhausen, quien tendría también una
actitud similar contra la cultura y el pueblo aimara. Este obispo, que
pertenece a la filas de la secta conservadora “Sodalitium Chistianae
Vitae” (SCV), viene desarrollando una serie de acciones hostiles contra
sacerdotes de esa zona, lo que ha llevado, como se afirma en la carta
citada, a que “esos pastores que asumieron el Vaticano II, pisando barro y
mezclándose con la gente, hoy no están”. Se vive, pues, una suerte de
“limpieza” o “purificación” religiosa que ha traído como consecuencia la
remoción de una parte significativa del clero que venía trabajando hace
muchos años en Puno.

No sería nada extraño que, en este nuevo contexto oscurantista e
integrista, el Instituto de Pastoral Andino (IPA) y la revista
Allapanchis, verdaderos esfuerzos intelectuales por estudiar y comprender
mejor la cultura indígena como un signo moderno de apertura religiosa,
sean clausurados o, simplemente, cambien de giro para dedicarse a una
catequesis tradicional para unos pueblos que son calificados de
“pecadores”. Al parecer, se estaría iniciando en esa región un nuevo
proceso de “extirpación de idolatrías” que niega los derechos del pueblo
aimara y la propia diversidad cultural que existe en nuestro país. La idea
de que estos pueblos (aimara y quechua) son “paganos” e “idólatras” y que,
por lo tanto, requieren de una nueva evangelizació n, representa, en
realidad, el retorno a las viejas prácticas coloniales desarrolladas en
los siglos XVI y XVII por la iglesia católica. Pero también el regreso de
una cultura basada en “la cruz y en la espada”, en el “ora y labora” como
fue en el pasado.

Porque el otro componente que puede notarse en la actuación de estas
nuevas autoridades religiosas en la región, es el de una misericordia mal
entendida, por no decir interesada. Estos obispos han creado la
organización “Ayuda a la Iglesia que Sufre” (AIS) bajo el supuesto de que
en estas tres décadas se han enfatizado más los “intereses sociales” y no
“el cuidado pastoral para las poblaciones indígenas”. No sería nada
extraño que en este nuevo contexto colonial se diga, como en el siglo XVI,
que los pobres deben existir siempre para que los ricos puedan practicar
la misericordia y acercarse así más a un Dios que los mira
complacientemente.

El objetivo es claro: liquidar, con la venia del Vaticano y de los
sectores más conservadores y reaccionarios del clero peruano, a la
corriente progresista de la iglesia católica. Esto sucede en Puno, pero
también en otras partes del país. Por eso ser hoy progresista, demócrata o
liberal, no importa si ateo o creyente, es ser como los aimaras y
quechuas: idólatras, paganos y pecadores. No me extrañaría que en poco
tiempo, los progresistas tengamos que caminar con un “sambenito” por
cualquier calle del país. Y ahí estarán los nuevos extirpadores de
idolatrías con la antorcha en una mano y la Biblia en la otra, listos,
como siempre, a prender fuego a la hoguera para “salvar nuestras almas”,
cantando “Viva Cristo Rey” y levantando fascistamente el brazo, como esos
tres jóvenes chilenos frente al cadáver del tirano Pinochet.

(*) www.albertoadrianze n.org

Fuente: La República, 16 de diciembre del 2006

La incierta Navidad del Padre Francisco

Reflexiones Peruanas Nº 125

LA INCIERTA NAVIDAD DEL PADRE FRANCISCO


Wilfredo Ardito Vega


En estos tiempos, muchas personas critican a la práctica religiosa como una repetición monótona de rituales externos, llevados a cabo para complacer a una divinidad punitiva y arbitraria. En un país como el Perú, esta perspectiva casi mágica de la religión puede ayudar a las personas a evadirse de sus problemas cotidianos.
Sin embargo, varios episodios ocurridos la semana pasada nos muestran situaciones muy distintas: el lunes, los vecinos de Barranquita, en San Martín, encontraron la iglesia de madera pintarrajeada con amenazas al párroco italiano Mario Bertolini. El responsable no sería otro que Francisco Pashanasi, el alcalde saliente del partido aprista, quien a nombre de la municipalidad, declaró hace unas semanas a Bertolini persona no grata, acusándolo de “divisionista, conflictivo, proselitista político, agitador y marginador del pueblo y desarrollo social”.
En realidad, Bertolini, desde la radio La Voz de Caynarachi, ha venido apoyando a los campesinos en cuyas tierras ha puesto la mira la empresa Palmas de Espino, del grupo Romero, con el respaldo del alcalde. Al parecer, éste quería vengarse del párroco, porque ahora ha perdido las elecciones y su sucesor será un líder campesino que ha luchado por la titulación de las tierras de los campesinos.
El obispo de Yurimaguas, José Luis Astigarraga, se pronunció respaldando la labor de Bertolini y ese mismo día, en Cajamarca, el obispo Carmelo Martínez y numerosos sacerdotes expresaron su condena e indignación frente a los operativos de seguimiento y las campañas de difamación contra Marco Arana y otros dos sacerdotes (RP 111, 122, 124).
Los sacerdotes y el obispo exigieron también una profunda investigación y “sanciones ejemplares a los autores materiales e intelectuales de actos que van en defensa de la vida y del medio ambiente”. La referencia a los autores intelectuales es interesante, porque según el diario La República , detrás de estos hechos estarían las empresas Forza y/o Yanacocha. Hace algunos meses, los sacerdotes cajamarquinos suscribieron otro pronunciamiento citando a Juan Pablo II, cuando advertía preocupado: “Las razones de producción prevalecen a menudo sobre la dignidad del trabajador, y los intereses económicos se anteponen al bien de cada persona, o incluso al de poblaciones enteras”.
Ahora bien, en otros lugares del Perú, es más difícil para un sacerdote mantener su compromiso con los más pobres: el pasado lunes, en la Biblioteca Nacional la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos otorgó un reconocimiento especial a Francisco Frisch, quien después de 35 años al servicio de los derechos humanos en Puno debe retirarse por decisión del nuevo obispo de Ayaviri.
La partida de Frisch se une otros traslados no deseados y a la renuncia de cinco sacerdotes que enseñaban en el seminario de Juli. Los nuevos obispos de Juli y Ayaviri perciben que en las últimas décadas, la Iglesia del Sur Andino, tan comprometida con los derechos de los campesinos, desde la lucha por la tierra hasta el enfrentamiento con los grupos subversivos, no ha desarrollado un trabajo evangelizador, sino mas bien político.
Ambos jerarcas sostienen que ni la gobernabilidad de la región, ni el seguimiento a las recomendaciones de la Comisión de la Verdad ni el acompañamiento a las rondas campesinas (ya no digamos el pronunciamiento de sus predecesores sobre el TLC) son acciones que le correspondan a la Iglesia. En este panorama, los dos principales organismos de derechos humanos de la región, las Vicarías de Solidaridad de Juli y Ayaviri, corren el peligro de ser desmantelados en cualquier momento.
No queremos señalar, sin embargo, que los nuevos obispos sean insensibles hacia la pobreza lacerante de esta región. La diferencia estriba es si la pobreza debe ser atendida sólo mediante actos caritativos (que en realidad buena falta nos haría practicarlos a los peruanos) o fomentando en los pobres la toma de conciencia sobre sus derechos.
Este último enfoque es el que corresponde a la Teología de la Liberación , cuyo principal referente peruano ha sido Gustavo Gutiérrez. Precisamente, el 1º de setiembre la Conferencia Episcopal anunció que, según la Congregación para la Doctrina de la Fe , no existen objeciones teológicas o pastorales a las enseñanzas de Gutiérrez. Sin embargo, los medios de comunicación evitaron difundir este pronunciamiento, porque, claro, quienes tienen poder no desean admitir que la pobreza es un pecado social o que los pobres tienen derecho a luchar por su liberación.
Esperemos que el ejemplo de los obispos de Cajamarca y Yurimaguas ayude a reflexionar a sus colegas de Juli y Ayaviri, pero el ánimo de los sacerdotes y religiosas que trabajan en el Sur Andino parece mas bien representado por el mensaje navideño del Padre Frisch que adjuntamos a esta RP.
En medio del periodo más consumista del año, hacemos llegar nuestra solidaridad a todos aquellos que creen que Jesús no vino al mundo para ser recordado en una celebración de ostentación y de opulencia, sino para ayudarnos a construir una sociedad más justa y más humana.
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Día de Oración en Solidaridad con la Iglesia del Sur Andino

“Porque yo sé muy bien lo que haré por ustedes;

les quiero dar paz y no desgracia y un porvenir lleno de esperanza, palabra de Yahvé”

(Jr 29,11).

Queridos Hermanos (as)

Deseamos invitarlos a participar el viernes 22 de Diciembre de un “DIA DE ORACION, en solidaridad con la Iglesia del Sur Andino”.

Se propone tener este día de oración en nuestras comunidades y luego para las comunidades de Lima terminaremos esta jornada con una Eucaristía en la Parroquia de la Recoleta (Plaza Francia) a las 6:00 p.m.

Esperamos contar con su participación solidaria y con su presencia.

Este Jesús que supo encarnarse en nuestra historia, nos aliente a mantenernos fieles y unidos al compromiso con nuestro pueblo.

Fraternalmente

Superiores Mayores del Sur Andino.

Carta de Navidad del P. Francisco Fritsch, Premio Nacional de Derechos Humanos del Perú 2006

Sur andino, Navidad 2006


Wauqueypanaykuna,

Queridos amigos,

En estas fiestas navideñas, quisiera animarles a seguir fieles a Jesús Liberador y a la Iglesia Pueblo de Dios. Muchos de Ustedes saben lo que me pasó: la expulsión de la prelatura de Ayaviri por el nuevo Obispo de Sodalicio. El rompió mi contrato de misión pastoral “Fidei Donum” de 5 años de manera autoritaria y unilateral, sin tomar en cuenta los otros tres signatarios: mi obispo de Estrasburgo, el CEFAL (Comité Episcopal Francia América Latina) y el interesado. ¿Por qué? -Porque dije en público que el pueblo cristiano quechua, después de 500 años de evangelización, merecía tener un obispo quechua.

El concilio Vaticano II reconoce a los cristianos el derecho a la libertad de expresión: “Debe reconocerse a los fieles, tanto clérigos como laicos, la justa libertad de investigación, de pensamiento y de hacer conocer humilde y valerosamente su manera de ver...” Pero sabemos que a los nuevos obispos que llegan al sur andino no les gusta mucho el concilio Vaticano II: Ellos piensan poseer la verdad y quieren imponerla a los demás. Se creen los dueños y los salvadores de la Iglesia. Esperemos que no sean sus sepultureros. ¿Y nosotros seremos la nueva Iglesia del silencio?

Hace 33 años, el general Pinochet me expulsó de Chile. La orden de expulsión decía:”Es expulsado del país por atentar contra la seguridad del Estado”. Y ahora estoy expulsado de la prelatura de Ayaviri por el obispo. ¿ por atentar contra la seguridad o la unidad de la Iglesia? Por el momento, son más bien los nuevos obispos del sur andino que atentan contra la unidad de la Iglesia porque no respetan las opciones ni el trabajo pastoral de 90% de los responsables de pastoral que trabajan aquí desde hace muchos años. Me acuerdo las palabras que he leído en los muros de las cárceles chilenas: “Pueden cortar todas las flores pero no pueden impedir que vuelva la primavera”:

¿Qué nos reprochan estos nuevos señores de la Iglesia , que no son “Misseñores”? De hacer política en vez de evangelizar, de“ideologizar”en vez de pastorear, en una palabra de ser subversivos. Somos y queremos ser subversivos, en el sentido etimológico de la palabra: queremos cambiar las cosas desde abajo. Si Jesús no hubiera sido subversivo en ese sentido – los sumos sacerdotes le acusaron de sublevar al pueblo – hubiera muerto de viejo en una cama. La subversión es necesaria en la Iglesia como en la sociedad. Pedro Casaldaliga contestó a los cardenales Ratzinger y Gandin que le reprocharon de “revolucionar la Iglesia ”: “Si, hay que revolucionar permanentemente nuestra vida personal por la conversión. Hay que revolucionar permanentemente la sociedad cualquier sea el sistema o el régimen. Hay que revolucionar constantemente la Iglesia para que sea siempre más evangélica”. Si la palabra “revolución” les asusta o les parece pasada de moda, pueden remplazarla por “cambio”.

La Iglesia o más bien algunos miembros de la jerarquía me hacen sufrir: La Iglesia me duele. En ese caso, mi primer reflejo es recentrarme, volver a lo Esencial: El que es Primero: Jesucristo que me dice:”Amen a sus enemigos.” No nos dice que no tengamos enemigos porque es imposible no tenerlos si defendemos la gente del pueblo. Cuesta caro si uno quiere ser libre y quiere ayudar a la gente a liberarse y a vivir de pie. Mi segundo reflejo es relativisar. La Iglesia es segundaria o más bien segunda. Ella está al servicio del Reino de Dios, de la Justicia y de la Fraternidad entre los hombres. La Iglesia está fundada por Jesús para servir y no para dominar a los hombres. La Iglesia no es un cuartel ni un wawahuasi, un jardín de niños para adultos, pero una comunidad de hermanas y hermanos libres y responsables.

Otra Iglesia, o más bien esta Iglesia otra es posible y no solo posible, deseable, virtual, sino ella es también real y presente. La mayoría de los cristianos viven y creen en ella. En la Iglesia hay que respetar “el derecho a la diferencia, el derecho a la libertad de cada uno, el derecho a la democracia. La Iglesia debe ser la Voz de los sin-voces, la Iglesia de los excluidos no de la exclusión”: (Mons. Gaillot) Hasta ahora estuve feliz y orgulloso de pertenecer a la Iglesia en América Latina y sigo siéndolo. Tenía la gran suerte de vivir la extraordinaria apertura de la Iglesia al mundo querida por el concilio Vaticano II y su aplicación en América Latina con la teología y la pastoral de la liberación: “Doy gracias a Dios que me ha mandado servir a su querido pueblo y doy gracias a ustedes todos que me han acogido como a un hermano. En medio de Ustedes, de su pueblo y de su Iglesia, estuve feliz y me sentía en casa”. Así empecé mi homilía en las misas de acción de gracias y de solidaridad celebradas en Antauta y en la catedral de Ayaviri. En esta ocasión recibí de parte de responsables pastorales, laicas, laicos, religiosas y sacerdotes, muchos testimonios de solidaridad y de amistad. Gracias a todos.

De veras no me di cuenta que tanta gente del pueblo me estima y me quiere tanto. Mons. Francisco d’Alteroche, mi amigo y anterior obispo, declaró en este día a una televisión local”: Vivimos hoy un día de alegría y al mismo tiempo un día de tristeza; alegría por ver y reconocer todo lo que el padre Francisco ha sembrado durante 33 años en la prelatura de Ayaviri y en el sur andino. Día de tristeza también porque le vemos salir de Ayaviri sin que el mismo lo haya querido. Esta decisión viene de arriba y tenemos mucha dificultad en comprenderla”.

Ahora, ¿qué voy hacer? No lo sé todavía. Pero sé lo que quiero: seguir sirviendo a mis hermanos, los pobres, en Iglesia. ¿Dónde?¿Cuándo?¿Cómo? Emmanuel – Dios con nosotros -, su Espíritu, mis amigos y mi conciencia me abrirán un camino ...

Feliz Navidad. Francisco,


Carta de cinco sacerdotes de Puno

Esta carta de renuncia va dirigida a los rectores del seminario de Chucuito/Peru

Queridos Hermanos:

Reciban nuestro fraterno y cariñoso saludo ya casi al terminar el año académico. El 2006 quedará en el recuerdo como un año atípico en la vida del Seminario Nuestro Señora de Guadalupe.

Son ya muchos los años en que con gran esfuerzo - juntamente con nuestros pastores (los fundadores y los que luego vinieron) y con el impulso de ellos - sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos iniciamos y continuamos con esta hermosa y difícil tarea en el Seminario. Cuántas preguntas!! Cuántas satisfacciones!! Cuánta audacia!! Cuántos errores!! Cuántas correcciones fraternas!! Cuántas incomprensiones fraternalmente superadas!! Como no dar gracias a Dios por todo eso!!!

Evidentemente no es una mirada nostálgica lo anterior sino la “carga vital” que se torna en desconcierto y rechazo frente a lo que se dice del Seminario y del Sur Andino en estos últimos tiempos. Desconcierto porque es difícil entender cómo se pueden hacer juicios tan categóricos y fríos por parte de hermanos que con sólo estar unos cuantos meses entre nosotros ya tienen una idea formada sobre la totalidad de la Iglesia en la región: ¡Acá no se hizo nada”, “No se ha hecho catequesis sino sociología” “la iglesia acá ha hecho daño” o declaraciones sobre la fe y moralidad de nuestro pueblo como la que ha sido publicada por la no siempre veraz agencia de noticias ACI…podríamos hacer una lista de las cosas que llegan a nosotros por medio de laicos que no entienden que sus pastores puedan expresarse tan negativamente sobre la larga vida de nuestra iglesia en el sur andino. Sobretodo cuando tenemos siempre presentes las palabras de Jesús “entre ustedes no sea así” (Mc. 10,43) cuando se refiere a las relaciones de poder mal llevadas.

Y rechazo porque lo que estamos defendiendo no son frías ideas, formulaciones, teologías o “ideologías” (como si no las tuvieran quienes emiten esos juicios!!!) sino VIDA, y vida de FE de nosotros como sacerdotes y de nuestro pueblo a quien con extrema simplicidad se le tilda de pagano y “sin gracia de Dios”. Si fueran solo ideas o formulaciones frías no tendrían la natural carga de pasión que viven muchos de nuestros hermanos hoy que se sienten maltratados. Menos mal, la gracia del Señor Jesús nos vuelve mas humanos y no fríos administradores de la misma!!!.

La experiencia del Seminario, al igual que todas las otras experiencias del Sur Andino respondían y responden a la fuerza del Espíritu que la iglesia experimentó en el Concilio Vaticano II. Por eso se puso en práctica la pastoral de conjunto que el Concilio propiciaba, ese el motivo de nuestra presencia como profesores en Chuchito a pesar de no pertenecer a las Prelaturas que avalan la institución. Creemos, sin embargo, que las últimas cosas vividas no son sino intentos de querer no solo frenar sino incluso negar (aunque se diga lo contrario) lo formulado en la iglesia en dicho Concilio.

Hoy hay corrientes dentro del seno de la Iglesia con ideologías contrarias al Evangelio. Según el teólogo José Ignacio González Faus:”La Iglesia se instala así en un “arrianismo eclesiológico”, que concibe como teofánica la autoridad y no la comunión. Y que al movimiento intratrinitario de dar y recibir lo sustituye por un movimiento pagano de imponerse y someterse, que acaba falsificando las dos palabras más propias de Dios para nosotros: Padre e Hijo. O que llama “comunión” a lo que es una mera imposición. Dios ya no es Padre (o madre) “porque da la vida” sino por que “manda”. (Cfr.”CALIDAD CRISTIANA. Identidad y crisis del cristianismo” José Ignacio González Faus. Sal térrea. Santander 2006 P.199)

Dicho esto queremos comunicarles que el próximo año no seguiremos enseñando en el Seminario, nuestra renuncia es una protesta porque las perspectivas del Seminario van por una dirección totalmente contraria a la que hasta ahora tenia, por otro lado no es bueno para los alumnos que se les confunda con posiciones contrarias en las clases y no porque no sea sano el contrarrestar posiciones sino por la forma excluyente y hasta ofensiva con que se tratan las diferencias. Pero hay una fuerte razón mas, nuestra posición de profesores de teología en el Seminario se ajusta en su totalidad a las reflexiones que Mons. Ratzinger afirmaba en una de sus obras “ la verdadera obediencia, no es la obediencia de los aduladores, que evitan todo choque y ponen su intangible comodidad por encima de todas las cosas. Lo que necesita la Iglesia de hoy y de todos los tiempos no son panegiristas de lo existente, sino hombres con quienes la humildad y la obediencia no sean menores que la pasión por la verdad, hombres que den testimonio a despecho de todo ataque y distorsión de sus palabras” (Cfr., J. Ratzinger, EL VERDADERO PUEBLO DE DIOS, Herder, Barcelona, 1972, p. 293).

Entre las acusaciones que se hacen a la Iglesia en el Sur Andino es el haberse identificado con la Teología de la Liberación, sería bueno recordar que con fecha 1 de septiembre de este año, la Conferencia Episcopal Peruana ha enviado a todas las diócesis un documento oficial sobre la teología del P. Gustavo Gutiérrez no sólo dando por “cerrado el tema sobre algunos aspectos de su obra” sino afirmando desde el dicasterio vaticano de la Doctrina de la Fe que no existe ninguna objeción “teológico- pastoral” sobre su teología. Curiosamente dicho texto no ha sido repartido por los obispos de nuestra región a los “sacerdotes, religiosos y fieles” a quienes también va dirigido dicho documento. Si se tratara de la Infancia Misionera, del rezo del rosario o de alguna rúbrica litúrgica se repartiría con una velocidad inusitada. Quede claro que no tenemos ningún tipo de problema con estos 3 últimos temas ya que los trabajamos también en nuestras parroquias, pero sí nos admira el filtro que tienen algunos documentos como este último que hacemos mención.

Evidentemente no queremos poner en tela de juicio las decisiones que los obispos tomen sobre el seminario, no nos corresponde hacerlo dado que no pertenecemos a las Prelaturas pero además porque somos fundamentalmente hombres de iglesia. Pero es casualmente por esto último que nos parece que es importante decir que el ejercicio del rol de maestros que tienen los pastores no debe ser confundido con el rol de “watchdogs” (perros policías). Nos tomamos la libertad de hacer esta calificación por que es al pie de la letra la palabra que hace escasos días el señor Nuncio Apostólico de los Estados Unidos dijo a los miembros de la Conferencia Episcopal Norteamérica. Si se considera ofensiva habría que recriminárselo a él. (Cfr. “Nuncio tells bishops to be teachers, not watchdogs” The Tablet 18.11.2006 www.thetablet.co.uk/articles/8938/).

Esta carta la dirigimos a ustedes y corresponde solo a ustedes darle el uso que vean conveniente. Sí les pedimos que expliquen a los seminaristas nuestra posición. No nos gustaría que ellos interpreten nuestra posición como un huir de la situación. Nada de eso. Queremos que vean en nosotros a personas coherentes con lo que piensan y viven. No admitimos que tan graciosamente se diga que no hemos hecho nada y que hemos hecho cosas sociales y no evangelización. Toda nuestra vida no hemos hecho otra cosa que hablar de Dios, para eso somos sacerdotes. No son nuevas algunas de esas observaciones, la diferencia es que la mayoría de pastores anteriores, a quienes también les habían insinuado esas ideas, fueron fraternos y flexibles para poder entender los que hemos venido haciendo como Iglesia. Hoy tenemos la convicción de un hermetismo que no admite otras posiciones, casi como los artefactos eléctricos modernos que vienen “sellados” sin admitir ningún tipo de reciclaje. Casualmente porque nosotros no estamos “sellados” no admitimos el “usar y botar”. Cerramos con esta decisión un momento largo e importante de nuestras vidas sacerdotales y que volveríamos a repetir por que hemos aprendido mucho de ella. Que los seminaristas sepan que tendrán en nosotros amigos, hermanos mayores, compañeros de trabajo, tienen que saber que seguiremos defendiendo el ser Pueblo y ser Iglesia en las culturas quechua y aymara, el protagonismo de los campesinos y pobres de nuestra región. Nuestras casas y nuestro tiempo estarán a disposición de ellos las veces que lo deseen. Les pedimos les trasmitan estos sentimientos y convicciones.

Finalmente queremos agradecerles a ustedes por su trabajo, que como lo conocemos, lo consideramos valioso. Gracias por todo lo que han hecho y hacen, gracias por las veces que nos consultaron y por las veces que recibieron con tranquilidad las eventuales críticas que les hemos hecho. Y claro nos seguiremos viendo como todos estos años en todas las hermosas cosas que tenemos entre manos.

A pesar del tono que por ratos tiene esta carta, les renovamos nuestro optimismo en el futuro de nuestra Iglesia y de nuestro pueblo. No es una mera ilusión es una convicción que nos viene de la fe en el Resucitado.

Sus hermanos y amigos.

Marcos Degen Dublín C.E.000287230

Juan Gnaldi Codeschi

Luis Edmundo Zambrano Rojas, DNI 01230663

Luis Jesús Lopez Rivera C.E.000254129

Manuel Antonio Vassallo Pastor DNI 07791642

Pena y desconcierto. Sobre el obispo Juan Godayol emérito de Ayaviri


Eclesalia, el 19 de noviembre de 2006

PENA Y DESCONCIERTO

Sobre el obispo Juan Godayol emérito de Ayaviri en Perú

FRANCISCO GONZÁLEZ HERNÁNDEZ OP, obispo de Puerto Maldonado

PUERTO MALDONADO (PERÚ).

ECLESALIA, 19/11/06.- Pena. Mucha pena y desconcierto. Cuando el segundo o
tercer día de la última Asamblea Anual de Obispos nos incorporamos por la
tarde, sobre cada sitio de cada uno de los obispos había la fotocopia de una
carta de Mons. Juan Godayol Colom donde nos explicaba que, desde la
Nunciatura, se le había pedido que pidiera la dispensa del ejercicio del su
episcopado en Ayaviri por "motivos de salud".

Su "enfermedad" era la altura de la sierra puneña. Su médico le había pedido
que sería conveniente para su corazón, que viviera en una zona del país mas
baja. Y había esas zonas, el Obispado de Ica, que quedará vacante dentro de
un año, y el Obispado de Lurin, donde este mismo año cumple la edad límite
(75 años) Mons. Gurruchaga, quien sí está realmente enfermo y merece su
jubilación.

Entendimos muy bien que, a ti, Mons. Godayol, no se te había pasado ni por
lo más remoto pedir la dimisión. Además, tú que eres salesiano, hubieras
sido un candidato ideal para tomar el relevo a tu hermano salesiano Mons.
Gurrruchaga.

Con 65 años que tienes, te quedaban diez por delante en tu desempeño
episcopal, como ese que has realizado en Ayaviri, fructífero, valiente,
junto al pueblo, querido por todos, por los jóvenes, con quien tanto has
trabajado, por los campesinos, por las comunidades cristianas y grupos
parroquiales, por tus sacerdotes diocesanos, religiosos y religiosas. Que
vayan, que pregunten, que escuchen a quienes sintieron tu pastoreo cercano,
comprometido, encarnado.

Empezaba diciendo que sentía mucha pena y desconcierto. Pena porque nadie de
los demás obispos dijimos nada, ni se planteó nada, ni se pensó que aquello
que se te obligaba a hacer, no tenía sentido, al menos yo no alcanzo a
verlo. Se te veía dolido, expulsado, obligado a irte, y supongo que por tu
cabeza pasaría, en algún momento, si tus hermanos obispos te darían
oportunidad para que explicaras tu situación. Pero no lo hicimos. Te hemos
visto partir de la casa y parece que no nos ha dolido a nadie tu marcha. Qué
tal familia en la que habías estado.

El desconcierto me viene al hacer comparaciones. La diócesis de Puno está
tan cerca de la tuya que no puede dejar de ser punto de referencia para ver
la enorme, abismal, brutal diría yo, diferencia entre el respeto sumo que se
le tiene, tanto desde la Conferencia Episcopal como desde la Nunciatura, a
la persona y actuaciones de su Obispo, y lo que contigo se ha hecho.

Mons. Carrión tres años sin aparecer por las Asambleas Episcopales, nunca
aclaradas actuaciones en el tema de las famosas Cartas contra el Cardenal y
el Nuncio, irregularidades varias a su paso por la administració n de la
propia Conferencia Episcopal, oídos sordos a las múltiples llamadas, cartas
y visitas de otros obispos, hasta del propio presidente de la Conferencia,
suplicándole para que asistiera a las Asambleas de obispos -me pregunto
donde habrán quedado la comunión y la colegialidad episcopal-.

Todos sabemos del desconcierto de una mayoría de la Iglesia del pueblo de
Puno, con manifestaciones y manifiestos pidiendo su renuncia. Los religiosos
y religiosas que allí laboran no salen de su asombro ante las actitudes y
relaciones, digamos desconcertantes, que el Obispo mantiene con sus fieles.
Y ¿qué? Pues nada, al parecer él tiene muy buena salud o, quizás, haya que
pensar que tiene muy "buenos argumentos" que lo hacen intocable.

En menos de un mes, Mons. Godayol, se ha hecho efectiva tu renuncia desde
Roma; que duda cabe que en esto parece que hemos mejorado bastante. El señor
Nuncio nos escribe a Nuestra Excelencias que tiene el honor de comunicarnos
que tu renuncia ha sido aceptada en Roma. Esto el viernes 17 de febrero, y
en la misma Carta Reservada se nos comunica que el nombramiento del nuevo
Obispo de Ayaviri se hará al día siguiente, sábado 18. Yo sólo sigo
sorprendiéndome de la rapidez y efectividad en estos acontecimientos.

Y me vuelvo al Evangelio de Jesucristo, y releo la parábola del hijo
pródigo, el que se fue, el que no viene a casa, y veo el amor y la alegría
del Padre cuando llega, y quiero seguir aplicándola en nuestros días, entre
nosotros, y hacerlo con júbilo, con corazón, hasta sin pedir cuentas, como
Él.

Hacer una fiesta en nuestra Conferencia Episcopal cuando el hermano ausente
llegue, cuando tú, Mons. Jorge Carrión, vengas a la casa y te sientes de
nuevo entre los tuyos, y que sientas el calor, la acogida, el gozo de tus
hermanos. Si no hacemos esto no hacemos el Evangelio, y si no hacemos el
Evangelio estamos perdidos.

Pero con Mons. Godayol hemos cambiado la parábola, en la casa del Padre,
además del hijo pródigo y del mayor que siempre se queda, hemos añadido un
tercer hijo: el hijo al que se le echa, a quien se pide que se vaya. Yo creo
que, este padre, se aleja bastante del Padre que Jesús nos presenta cuando
actúa de tal manera.

Gracias Mons. Juan Godayol por tus 14 años como Obispo y tus 45 años como
misionero salesiano en nuestro Perú. Y gracias por tus deseos de seguir
sirviendo humildemente a la iglesia universal allá en tu tierra de Cataluña.
Suerte y que el Dios del perdón y de la Vida te siga inundando con su
plenitud tu corazón, porque Dios es Amor, como tan hermosamente nos ha
recordado el Santo Padre. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la
difusión de sus artículos, indicando su procedencia) .

NOTA: Juan Godayol fue obispo de Ayaviri donde, con sorprendente rapidez,
fue nombrado en su lugar un miembro del Sodalitium Christianae Vital, afin
al Opus; sobre él, desconcertado por el giro dado por éste a la diócesis,
escribió su sentida y desconcertante carta el P. Hilario Huanca Mamani
"Nueva situación eclesial en la prelatura de Araviri" (ver carta en
http://www.proconci l.org/document/ VCELAM/AYAVIRI. htm ) .

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Qué está sucediendo con nuestra Iglesia Peruana ?

Carta abierta del P. Hilario Huanca Mamani ss.cc.

Ayaviri, noviembre del 2006

NUEVA SITUACION ECLESIAL EN LA PRELATURA DE AYAVIRI


¿Qué está sucediendo con nuestra Iglesia Peruana? Lo cierto es que
experimentamos y percibimos una fuerte preocupación en cuanto a
nombramientos de Obispos porque salvo excepciones, no conducen ni a la
comunión, ni al esfuerzo que la Iglesia Católica está llamada a hacer para
que su testimonio evidencie su claro testimonio y fidelidad a su único maestro el
Señor Jesús. Los medios de comunicación como en ningún otro momento se manifiestan
críticos ante una manera de actuar sumamente autoritaria que como católicos
nos desacredita.

En particular en este momento nos queremos referir a la Iglesia del Sur
andino, una Iglesia que ha buscado ser fiel a su misión en estos cincuenta años en
una realidad marcada por la extrema pobreza y la violencia política. Cómo no
agradecer a los pastores que supieron comunicar su fe y su esperanza y su
espíritu de comunión con todos. Juntos como pueblo de Dios fuimos avanzando
entre luces y sombras, en aquellos trágicos años de la violencia terrorista,
pero también resistiendo al olvido de los diferentes gobiernos de turno a una
realidad de miseria que en las últimas elecciones del País, se ha evidenciado
clamorosamente. Esos pastores que asumieron el Vaticano II, pisando el barro
y mezclándose con la gente, hoy ya no están.

Los nombramientos de Obispos al menos en el sur andino por ser lo que más
conocemos y vivimos nos están llevando a una situación que a veces nos
resulta insostenible. Un verdadero pastor no puede estar lejos de la bondad y
misericordia con la gente que ha trabajado tantos años en esté país en el que se ha
entregado la vida, con muchas fallas quizás pero con entrega incondicional en
situaciones nada fáciles en cuanto a la geografía, distancias, etc. En medio de este
pueblo pobre y sencillo, los que vinieron de fuera y los que nacimos al calor de
esta Iglesia hemos sido felices.

Relatamos algunos hechos que para nosotros no son intrascendentes que pueden
explicar de alguna manera el malestar que hoy sentimos:

Desde el 30 de abril del 2006, día en el que Mons. Kay Martín
Schmalhausen Panizo, scv tomó posesión como Obispo Prelado de la Prelatura
de Ayaviri, los agentes pastorales de la prelatura vivimos una nueva situación
eclesial.
Situación que se caracteriza por una actitud adversa del nuevo obispo y los
miembros de la Sociedad Apostólica "Sodalitium Christianae Vitae" a la
cultura de esta región andina, al estilo de vida de la Iglesia de Ayaviri y la misión
realizada hasta este momento por todos los que hemos dejado lo mejor de nuestra vida
aquí.

En lo que refiere a la vida de la Iglesia, el día anterior, 29
de Abril, a su toma de posesión canónica, los agentes pastorales sacerdotes, religiosas y
laicos expresamos nuestro saludo y acogida a nuestro nuevo pastor y le invitamos a
visitar nuestras respectivas comunidades y Parroquias. La invitación fue
aceptada por el Sr. obispo y las está realizando; sin embargo durante las visitas y
en diversas ocasiones empezamos a percibir en el nuevo obispo y sus
acompañantes una actitud de ignorar a los agentes pastorales especialmente a los laicos
como los catequistas y animadores cristianos. Durante sus visitas el obispo
priorizó su visita al párroco y a las autoridades civiles locales. Nos duele como
personas que hemos trabajado codo a codo con nuestros hermanos andinos esta forma de
proceder porque amamos al Perú, pero somos conscientes del racismo que
existe y que esta actitud de ignorar a la gente del lugar puede ser no sólo
interpretada sino sentida como discriminación.


Lo que mas nos sorprende y duele son las decisiones hostiles que
el Sr. obispo a tomado con algunos sacerdotes:

- El P. Luis Humberto Béjar Assaf, (argentino) director del preseminario
"Casa San José", se sintió forzado a retirarse por las condiciones impuestas por el
obispo y el 14 de Julio de este año abandonó la prelatura.

- El P. Otto Brun, (Suizo) párroco de la parroquia San Francisco de
Ayaviri, fue trasladado a la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Crucero, una
parroquia geográficamente difícil para un sacerdote de 68 años; por lo que a solicitud
de los sacerdotes fue trasladado a la parroquia Santa Cruz de Orurillo

- Al P. Francisco Fritsch, (Francés) párroco de la parroquia Santa Catalina
de Antauta, le rescindió el contrato a pesar de que él deseaba continuar
prestando sus servicios sacerdotales y a pesar de necesidad de sacerdotes en la
prelatura. A este sacerdote con 33 años de servicio a la prelatura, el 29 de Junio el
obispo le entrega la carta fechada el siete de Junio y le da un plazo de tres meses
para abandonar la prelatura. En la carta se afirma que esta decisión es tomada en
acuerdo con Mons. Doré, obispo del P. Francisco en Francia, lo que según el
P. Francisco no es verdad.

Conocida la decisión, el 12 de Julio los sacerdotes en nombre de todos los
agentes pastorales de la prelatura pidieron por escrito al obispo una audiencia
solicitándole que les informe sobre las razones de la salida del P. Francisco y su
reconsideración. Lo que se volvió a solicitar en la reunión del obispo con
los sacerdotes el 17 de Agosto; el obispo se negó a dar a conocer las razones y
ante la insistencia de los sacerdotes señaló que su salida no se debía a su labor
pastoral ni mucho menos a su situación personal.

Posteriormente, y con mucho dolor pero en actitud de obediencia, se fijó la
fecha de su despedida de la parroquia de Antauta y de la Prelatura de Ayaviri para
los días 29 y 27 de Septiembre respectivamente, el obispo desde Roma mediante
carta fechada el 10 de Septiembre le comunica el 21 de Septiembre al P.
Francisco que debe abandonar la prelatura el 22 de Septiembre,
posteriormente acepta la misa de acción de gracias en Antauta para el día domingo 24 de
Setiembre pero le pide que se abstenga de celebrar la misa el día 27 en la
catedral de Ayaviri. La misa tuvo que celebrarse con la autorización del P. Pablo
Habing, Vicario General, porque las invitaciones habían sido hechas con anticipación
y no se conocían las últimas decisiones del obispo. Por todo lo sucedido con este

sacerdote los agentes pastorales de la prelatura pensamos que no es una
recensión de contrato sino un despido. ¿Por qué?

Y en cuanto a la pastoral realizada hasta este momento, no entendemos el por
qué un Pastor que viene nuevo a esta realidad, así como sus colaboradores, no
mostraron ningún interés en preguntar qué se ha estado haciendo hasta ahora,
porqué se ha desarrollado la pastoral de una determinada manera; a qué
desafíos responde el plan pastoral (1998) qué anima este servicio pastoral; qué
resultados, dificultades o deficiencias tenemos.

Nos entristece el que no tuvo en cuenta para nada nuestra organización
generada a base de mucho esfuerzo, dada la realidad andina difícil para la
comunicación, por las grandes distancias. Lo que hizo fue convocar a reuniones por
separado sólo a sacerdotes y religiosas y no a reuniones en conjunto como había sido
la práctica hasta el momento; ignora y se puede pensar que no admite la
organización por zonas, sus respectivos vicarios pastorales a quienes nunca
ha convocado, y sus reuniones de coordinación zonal. Tampoco permite que los
agentes pastorales participen en encuentros fuera de la prelatura; pero,
envía a los mismos a personas de su entorno a pesar de que son personas recién llegadas
y no conocen el pueblo ni la Iglesia de Ayaviri.

Nos duele que en las visitas, encuentros o entrevistas personales los
comentarios sobre la pastoral realizada en la Prelatura de Ayaviri generalmente son
negativos como "No se ha evangelizado", "Se ha hecho daño a la gente", "La pobreza
moral de los pobladores". Quizá estas actitudes ilustra mejor la noticia difundida
por la agencia de prensa ACI el 10 de Octubre del 2006 desde Königstein, Alemania
bajo el título: "Obispos refuerzan cuidado pastoral frente a ideologías en sur
peruano".
En ella nuestro obispo Mons. Kay Martín y Mons. José María Ortega, obispo de
la prelatura de Juli, habrían afirmado ante la AIS (organización de Ayuda a la
Iglesia que Sufre): ".afrontar las secuelas de décadas de 'mucha
ideología'"."durante las tres décadas pasadas 'los intereses sociales' se han enfatizado demasiado en desmedro del cuidado pastoral para las poblaciones indígenas".

Nos sentimos muy desalentados ante todo esto que narramos por necesidad de
ser escuchados, comprendidos. Somos sacerdotes, religiosas y religiosos que
amamos a la Iglesia y queremos que se abra un diálogo, no podemos vivir de
prejuicios mutuos, creemos haber hecho muchos esfuerzos por nuestra parte.
Indudablemente todo trabajo humano tiene sus limitaciones y es posible que
en nosotros haya habido aspectos a mejorar, pero nada se logra con posturas
intransigentes que no sólo nos hacen daño a quienes tenemos un compromiso
directo con la evangelización sino que el pueblo empobrecido queda afectado
y no creemos que nuestra postura tenga que ser el silencio. No es fácil ser
evangelizador en este tiempo y cuánto más si sólo podemos percibir
desconocimiento de todo lo que hasta ahora humildemente hemos vivido y
realizado. Nos preguntamos ¿qué hacer en esta situación? ¿Cómo vivir el amor
del que nos habla cotidianamente el evangelio y que ha sido reflexionado tan
profundamente por nuestro actual Papa Benedicto XVI?.



El sur andino como Iglesia está padeciendo; los prejuicios y las
determinaciones de nuestro actual pastor. Estamos dispuestos a continuar colaborando en el
anuncio del Reino entre los más pequeños y olvidados, pero queremos también que se
nos considere personas humanas, con derecho a manifestarse como adultas y a ser
respetadas y no arrancadas de nuestra realidad, ni negadas porque esto sólo
nos lleva a perder energías frente a la vida y misión de la Iglesia de Ayaviri.
Porque como bien dice San Pablo "Llevamos este tesoro en vasijas de barro"

Finalmente ante todo lo vivido, los agentes pastorales solicitamos por
escrito al obispo una audiencia para expresarle nuestras preocupaciones. El obispo
aceptó la reunión pero sólo con los sacerdotes. La reunión se llevó a cabo el 17 de
Agosto. En ella el obispo dio por no recibida la carta por considerarla como
instrumento de presión y manipulación. Es decir, no se llegó a ninguna
solución.

Teniendo en cuenta que los religiosos y religiosas presentes en esta
realidad sufrimos las consecuencias, pedimos que la Conferencia de Religiosos de Perú
tome en cuenta estos hechos y nos ayude a un diálogo eficaz.


P. Hilario Huanca Mamani
ss.cc.


domingo, 17 de diciembre de 2006